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La luz y La sangre


La Luz y La Sangre de Cristo

Cuando llegamos a Cristo se produce algo en nosotros que le decimos salvación, y es que empezamos una nueva etapa de nuestras vidas en el caminar con Jesús, pero esto solo es comienzo de vivir una conquista en nuestras vidas aquí en la tierra.

Jesús conquisto en la cruz del calvario todas las cosas y las reconcilio. Como hijos de Dios comenzamos una nueva etapa, o el nuevo nacimiento pero no todo lo que recibimos al momento de aceptar a Cristo se hace tangible en nuestras vidas, hay un proceso de conquista que debemos tener en cuenta.

Dios viene a habitar donde hay luz. Para que Dios pueda habitar en un lugar, casa o vida, primero tiene que ser un lugar de luz. En la biblia hubo un lugar llamado Betel que significa (Casa de Luz), este es el lugar donde Jacob tubo el sueño donde vio que ángeles subían y bajaban del cielo en una escalera. Quiere decir que la presencia de Dios estaba en ese lugar tanto que a Jacob le dio miedo y dijo que aquel lugar era casa de Dios y puertas del cielo.

En Génesis 28:19 “Y llamó el nombre de aquel lugar Bet-el, aunque Luz era el nombre de la ciudad primero”. Pero en ese mismo lugar Jacob levanto un altar e hizo un pacto con Dios, y Dios le bendijo grandemente.

Y lo vuelve a decir más adelante; En jueces 1:23 “Y la casa de José puso espías en Bet-el, ciudad que antes se llamaba Luz.”

En Génesis 1:3 “Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz”. Aquí “Hubo Luz”. La fuente de la luz en este versículo no era el sol, era Cristo mismo manifestándose en la creación.

La luz trae orden: Como ejemplo si uno intenta entrar en un cuarto desarreglado pero con la luz apagada, va a ser difícil acomodar las cosas u objetos que se encuentren en ese lugar, pero obviamente con una luz prendida va ser mucho más fácil arreglar el cuarto. Por eso la luz trae orden a nuestro ser interior y esto es por medio de Cristo.

En Juan 1:4-5 “en él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz en las tinieblas resplandece, y las tinieblas no prevalecieron contra ella” y en otra versión dice “la luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no la comprendieron”.

Cuando dice comprender se está hablando de una mentalidad de alguien que piensa. Abriendo nuestro entendimiento según los versículos de Juan quieren decir que; LA LUZ NO ES ALGO, ES ALGUIEN Y ES JESUS, de la misma forma son las tinieblas y son un reino. Cada reino tiene tres cosas:

  • ADN

  • Mentalidad

  • Estructura

​La gente que vive en tinieblas piensa como las tinieblas, se mueven como las tinieblas. Las tinieblas no comprenden el reino de la luz. En Job 38:19-20 dice “¿Por dónde va el camino a la habitación de la luz, Y dónde está el lugar de las tinieblas, para que las lleves a sus límites, y entiendas las sendas de su casa?”, aquí la palabra nos dice que existen una habitación de luz, pero también hay un lugar de tinieblas. Job es un libro muy espiritual y describe mucho sobre las dimensiones celestiales y del inframundo, entendiendo eso, entonces quiere decir que nosotros podemos morar en dos lugares: en el reino de la luz o el reino de las tinieblas, y esto no es cuando partamos de este mundo, sino en el ahora, recordemos que somos espíritu, tenemos un alma y un cuerpo. Tanto el espíritu y alma perciben en el mundo espiritual todo lo que se mueve a favor o en contra de nuestras vidas.

Por eso es necesario saber qué es lo que nos ata, encadena o nos tiene velado al conocimiento de la luz y verdad de Cristo. Tanto hijos de Dios o personas que no conocen de Cristo, podemos estar en las mismas condiciones si practicamos lo que más adelante se expone de las tinieblas.

Si Dios es luz, los engendrados de Él también son luz. Cuando Jesús dice de nosotros que somos la luz del mundo es porque somos a imagen de ÉL.

Discípulos = ustedes son la luz

Jesús = Yo soy la Luz

Hay una luz en mí que es diferente a la luz que es Jesús, Dios espera de mí una luz, una integridad que le agrade a Él.

El perfil de como un hijo de Dios debe ser conocido en luz, lo podemos ver en un hombre que se determinó obedecer en un tiempo donde el pueblo de Dios fue llevado a cautividad. En el libro de Daniel 5:11ª dice:

“En tu reino hay un hombre en el cual mora el espíritu de los dioses santos, y en los días de tu padre se halló en él luz e inteligencia y sabiduría, como sabiduría de los dioses;”

Daniel fue consultado por los reyes que gobernaron Babilonia en la cautividad del pueblo de Dios. Lo que resalta aquí son las palabras luz, inteligencia y sabiduría, y es como en estos tiempos debemos trabajar en desarrollar estos perfiles que vienen del Dios vivo, para que los gobernantes de las naciones, autoridades y personas que no conocen de Cristo consulten a los que andamos en luz. En las tinieblas no hay donde ver, y no se puede ordenar pero con la luz podemos ver y ordenar.

Ahora la luz está relacionada mucho con la justicia y hay un nivel de Justicia que Dios espera en mí. Mi justicia atrae su justicia. Veamos en estos versículos:

Salmo 37:6 “Exhibirá tu justicia como la luz, y tu derecho como el medio día”

Salmo 43:3 “Envía tu luz y tu verdad; éstas me guiarán; Me conducirán a tu santo monte, Y a tus moradas”.

El Espíritu Santo es atraído por la luz, por la verdad, por la pureza, Él no entra en la injusticia, no entra en las tinieblas ni en la falta de pureza. Salmo 97:7 “Luz está sembrada para el justo, Y alegría para los rectos de corazón.”

Hay veces que el Espíritu Santo no desciende o no se manifiesta en un lugar por el nivel de justicia de la gente.

Mientras más justicia hay en nosotros más luz tendremos. Puede darse a luz cualquier cosa; como la sanidad y liberación de personas, comunidad, ciudades y hasta naciones de acuerdo a nuestra justicia. Un ejemplo fue Daniel que de acuerdo a su justicia de nunca participar de la comunidad de Babilonia, de no idolatrar ni rendirse ante imágenes y no dejar a su Dios le fue confiado las profecías de los tiempos de la liberación de su pueblo y lo que iba a suceder en los postreros días.

Ahora como practicamos la justicia para tener Luz?

Debo buscar la luz empezando a desarrollar el nivel de justicia. En la palabra de Dios hay muchos versículos que nos dicen como estar en luz, y es: obedecer sus mandamientos, principios y estatutos eternos. Como hijos de Dios debemos evitar todo lo que nos hace estar en tinieblas (falta de pureza).

En romanos 3:12- 14 dice “La noche está avanzada, y se acerca el día. Desechemos, pues, las obras de las tinieblas, y vistámonos las armas de la luz. Andemos como de día, honestamente; no en glotonerías y borracheras, no en lujurias y lascivias, no en contiendas y envidia, sino vestíos del Señor Jesucristo, y no proveáis para los deseos de la carne.”

La carne en este pasaje no está hablando de nuestro cuerpo, que en el griego es la palabra sarxs, que es la piel o carne física.Pero, con gran fuerza, el Nuevo Testamento contrasta la carne con el espíritu. Vivir en la carne es lo contrario de vivir en el espíritu. El apóstol Pablo da una lista del fruto del espíritu y de la carne, muestra los dos caracteres.

Espíritu: Carácter de Cristo Carne: lo opuesto al carácter de Cristo

Gálatas 5:22-25 “Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley. Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos. Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu. No nos hagamos vanagloriosos, irritándonos unos a otros, envidiándonos unos a otros.

Gálatas 5:19-21 “Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios.

Así que podemos definir la carne, en este sentido negativo, como la parte terrenal del hombre, que lo vincula estrechamente con la situación caída de la creación, que lo aleja de Dios y lo arrastra hacia lo puramente terrenal, material, en lugar del servicio a Dios.

La carne tiene sus concupiscencias y sus deseos.

La palabra concupiscencia quiere decir:

Apetito desordenado de placeres, exceso de deseos no gratos a Dios. También se refiere a los deseos de bienes y placeres materiales (codicia, ambición, también deseo ardiente de algo en general, especialmente deseo sexual, generalmente desordenado o exagerado.

Los que se concentran en los deseos concupiscentes “piensan en las cosas de la carne”. Pero el ocuparse, en este sentido negativo, de la carne, es muerte y se constituye en enemistad contra Dios. La carne, es decir, lo puramente terreno, limita la vista espiritual del hombre, y lo lleva a oponerse a Dios.

Romanos 8:7 “Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz. Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden; y los que viven según la carne no pueden agradar a Dios.

Entonces entendiendo estos versículos, ocuparse de la carne es obedecer a nuestros sentidos terrenales, físicos y almáticos que traen en si muerte. Decimos muerte porque en realidad esta palabra significa separación, y esto es separación de la vida de Dios y de su luz, por lo tanto estaremos en tinieblas si practicamos todo lo injusto ante Dios.

La palabra nos dice en 1 Juan 1:5-8

Este es el mensaje que hemos oído de él, y os anunciamos: Dios es luz, y no hay ningunas tinieblas en él. Si decimos que tenemos comunión con él, y andamos en tinieblas, mentimos, y no practicamos la verdad; pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado. Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros.

Es importante confesar lo que está oculto dentro nosotros, como hijos de luz no podemos andar en tinieblas. Hay cosas que el Espíritu Santo nos ayudará a sacar a la luz (confesándolo).

1 Juan 1:9-10. Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad. Si decimos que no hemos pecado, le hacemos a él mentiroso, y su palabra no está en nosotros.

Tenemos que practicar la luz no podemos tener rencores, falta de perdón, hipocresía, iras, contiendas entre hermanos, maquinar maldades en nuestros corazones. Tenemos que ser sinceros con el Padre Celestial y con nuestros hermanos, si queremos más luz debemos renunciar a todo lo que atrae a las tinieblas. Más como líderes, ministros y sacerdotes de nuestros hogares debemos ser luz ante nuestra familia y las personas que no conocen de Cristo. La luz sabe defenderse sola. No me hace fuerte la experiencia, ni lo que se, ni el ministerio que tenga, sino el nivel de luz que yo tenga, y esto se logra practicando la justicia de Dios.

La sangre es la única que sabe que somos y que hacemos, te muestra el pasado el presente, el futuro y habla a nuestras vidas.

En la sangre esta la vida y la vida es la luz. La sangre por sí misma puede unir lo espiritual y lo natural. Así lo dice en Levítico 17:11 “Porque la vida de la carne en la sangre está, y yo os la he dado para hacer expiación sobre el altar por vuestras almas; y la misma sangre hará expiación de la persona.”

La expiación: es la remoción de la culpa o pecado a través de un tercero. El sujeto culpable queda absuelto de cualquier pena, en este caso de lo que estamos estudiando Jesús dio su sangre para redimirnos, Y ES SU SANGRE LA QUE NOS REDIME.

Para los judíos, la palabra viene del hebreo kipper, equivalente al arameo de borrar o la raíz de cubrir. Para los cristianos el concepto más adecuado viene del griego hilasterion, que significa aquello que propicia o expía.

Entonces la sangre de Jesús una vez que comienza a entrar en nosotros, nos comienza hablar dentro de nuestro ser, su sangre trae justicia y luz en nuestras vidas: espíritu, alma y cuerpo.

Recordemos que la sangre de Abel hablaba (Gen 4:10 “Y él le dijo: ¿Qué has hecho? La voz de la sangre de tu hermano clama a mí desde la tierra.) y reclamaba justicia pero la sangre de Jesús clamaba misericordia (Hebreos 12:24 “a Jesús el Mediador del nuevo pacto, y a la sangre rociada que habla mejor que la de Abel”.)

La sangre habla al mundo espiritual, cuando interviene la sangre de Jesús. En 1 de juan 1:7“pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado.”

La confusión, la enfermedad, la amargura es muestra de la presencia de las tinieblas en el cuerpo o en una persona. Por lo tanto toda enfermedad es aparente, son parte de las tinieblas, en sí las tinieblas no tienen sustancia pero toman forma cuando el pecado y las tinieblas permanecen en lo oculto, ahí prosperan.

Porque las tinieblas tienen poder sobre los hijos de Dios?...Es por el nivel de pecado y tinieblas en ellos. Cuando hablamos de tinieblas no solo es pecado, sino cuando los hijos de Dios tampoco pueden escuchar al Espíritu Santo y no se dejan guiar por Él, cuando no tenemos una salida o una solución también son tinieblas porque no vemos con claridad, no vemos solución.

Pero cuando todo esto es expuesto a la sangre y la luz, esto se destruye, la luz tiene sustancia y tiene vida. Por eso tenemos que entender que su sangre es la única que nos da acceso a la vida. Dios no se sorprende de nuestros pecados, nuestra fortaleza no está en nuestra fuerza, sino en la luz que está dentro de nosotros. Si no tenemos un nivel de luz adecuado no vamos a poder meternos en el ámbito espiritual, tener más luz es tener más de Dios, es estar EN ÉL, ES VIVIR PARA ÉL.

Juan 6:53-56 “Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Si no coméis la carne del Hijo del Hombre, y bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero. Porque mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre, en mí permanece, y yo en él.”

Este pasaje se refiere a la santa cena. Participar de la santa cena nos trae vida, nos ayuda a volver a los diseños de Dios, a tener comunión con el Padre nuevamente, nos abre el entendimiento para comprender las palabras de Jesús.

A veces creemos que el tomar la santa cena solo es para los “santos”, pero Él dice “Si no coméis la carne del Hijo del Hombre, y bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros.”, es verdad que no hay pisotear su sangre en rebelión cometiendo lo mismo siempre, el punto es para todos aquellos que quieren más luz de Dios, arrepentidos de todas las cosas que lo alejan de Dios, puedan participar de la vida que Él da a través de su sangre y de su cuerpo.

Mientras más tomemos de su sangre, comamos de su cuerpo y andemos en su luz, tendremos más vida, más vida es más justicia, más justicia es más autoridad. Cuando gobernamos esto, las tinieblas escapan a la velocidad de la luz.

Puedes hacer una oración primero pidiendo perdón al Padre Celestial por los errores y pecados que has identificado en esta enseñanza, renuncia a las tinieblas para que la LUZ que es JESUS tenga una casa donde habitar, la casa eres tú, el templo eres tú, Dios no está solo en una estructura o edificio llamado Iglesia, la Iglesia eres tú, que el Espíritu Santo sea atraído por tu justicia pídele su ayuda. Si tienes algo contra alguien sácalo de tu corazón y perdona, o si hiciste algo contra alguien pide perdón. Ten en cuenta si no renuncias a las tinieblas no podrás entender, comprender y aun entrar a todas las riquezas en gloria que Dios tiene preparado para ti. Es necesario que andemos en su luz.

Te bendecimos en el nombre de Jesús.

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