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Sacerdocio en el hogar


Tres Puntos esenciales que cada líder o padre de familia deben empezar a realizar en sus hogares, ya que nuestro primer ministerio es nuestra familia.

Varón como Sacerdote del Hogar Parte 1:

Conociendo a Dios

Funciones y responsabilidades del Varón como Sacerdote del Hogar

Debemos entender porque Dios nos ha llamado para ser Sacerdotes. El primer Sacerdote que menciona la biblia es Melquisedec rey de Salem y Sacerdote del Dios Altísimo. Abraham le dio diezmos a Melquisedec.


Dios quiere que cada uno de los cristianos podamos realizar funciones de sacerdote. Aunque es un llamado especial, al mismo tiempo Dios quiere que cada uno de nosotros seamos especiales para él. Dios le dice a Moisés:


“Ahora, pues, si diereis oído a mi voz, y guardareis mi pacto, vosotros seréis mi especial tesoro sobre todos los pueblos; porque mía es toda la tierra. Y vosotros me seréis un reino de sacerdotes, y gente santa. Estas son las palabras que dirás a los hijos de Israel. Entonces vino Moisés, y llamó a los ancianos del pueblo, y expuso en presencia de ellos todas estas palabras que Jehová le había mandado”. Éxodo 19:5-7


El apóstol Pedro en el nuevo testamento escribe a la iglesia:


Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable; 1 Pedro 2:9


Ahora bien si TODOS hemos sido llamados a ser Sacerdotes, ¿qué es ser un Sacerdote?

Sacerdote: Es una persona escogida por Dios para ser mediador, otra palabra para sacerdote es pontífice o “constructor de puentes”. Un Sacerdote ofrece sacrificios por el pueblo y lo bendice. Un Sacerdote mantiene una estrecha relación con su Señor y es líder del pueblo.


Hay sacerdotes paganos también, que hacen funciones similares y/o son una imitación de los sacerdotes del Dios Altísimo, pero para el mal.


Dentro del papel de sacerdote hay muchas funciones, “Puente”, mediador, intercesor, protector, líder o guía, maestro, siervo, tareas especiales, privilegios y responsabilidades para con Dios. Seguir el orden y estatutos de Dios, dentro de la familia el varón padre de familia también debe cumplir con ciertas funciones importantes para que la familia funcione de acuerdo al plan de Dios. ¿Varón, como te gustaría que tu familia funcionara? ¿Cómo vislumbras a tu familia?


El varón padre de familia como Sacerdote debe conocer a Dios.


Es decir si soy intermediario, puente, siervo de Dios, es porque conozco a Dios. El varón para ser sacerdote debe conocer a Dios, ¿cómo entonces llevara a toda la familia a conocer a Dios? Tradicionalmente esta tarea, de los pocos hombres que están de acuerdo que se busque de Dios, se la han dejado a la esposa. “Para cosas de religión y esas cosas de Dios que se encargue la mujer de la casa”. ¡Esta es una realidad en la mayoría de los hogares!


Pero quiero que sepáis que Cristo es la cabeza de todo varón, y el varón es la cabeza de la mujer, y Dios la cabeza de Cristo. 1 Cor. 11:3.


Este es el orden que Dios estableció y respeta, Dios quiere que el hombre tome su lugar, la mujer tome su lugar. Esto no implica que el hombre sea machista, pero sí que sepa amar a su esposa como Cristo amó y ama a la Iglesia.


Leamos Efesios 5:21-23

Y otra vez dice:

Someteos unos a otros en el temor de Dios. Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor; porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador. Efesios 5:21-23


Al menos en algunas culturas esta palabra se ha mal interpretado siempre. Creemos que sujetar es “amarrar”, atar u obligar y que la mujer debe obedecer al hombre sin renegar. Al menos yo nunca había escuchado una aclaración de esta palabra hasta que busque el significado hace varios años. Sujetar quiere decir simple y sencillamente reconocer. Reconocerse mutuamente, reconocer el rol, la responsabilidad y el orden que Dios le dio a la familia:


“Cristo es la cabeza de todo varón, y el varón es la cabeza de la mujer, y Dios la cabeza de Cristo”. 1 Cor 11:3.

Y lo vuelve a repetir:


“Porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador”. Efesios 5:21-23


Cuando nosotros como varones, nos sometemos a Cristo, y la mujer se somete al varón en amor, toda la familia funciona en armonía. La familia funciona de acuerdo al modelo de Dios y Dios respeta ese orden que el mismo estableció. Dios no quebranta su palabra. Cuando el varón cumple su función de sacerdote, la unción y la bendición fluyen de parte de Dios:


!!Mirad cuán bueno y cuán delicioso es habitar los hermanos juntos en armonía! Es como el buen óleo sobre la cabeza, el cual desciende sobre la barba, la barba de Aarón, y baja hasta el borde de sus vestiduras; Como el rocío de Hermón, Que desciende sobre los montes de Sion; Porque allí envía Jehová bendición, Y vida eterna. Salmo 133


La armonía fluye en la familia, como la unción fluye desde el sacerdocio de Aarón, desciende en el orden establecido por Dios. Nosotros somos esos montes, ahí envía Dios vida eterna. Así como es una ley que fluya el aceite y el rocío de arriba hacia abajo, por naturaleza. Así fluye la bendición con naturaleza cuando seguimos el orden establecido por Dios.


Espero que este Salmo arroje luz a tu vida, para que tomes tu papel de Sacerdote y comience a fluir la unción de Dios sobre tu vida y toda tu familia.


Oración: Señor ubícanos en tu reino, ensénanos a ser los Sacerdotes de nuestro hogar y enséñanos la responsabilidad de tomar las riendas de nuestros hogares. Ayúdanos a conocerte más para poder ser verdaderos constructores de puentes. Ser verdaderos “puentes” entre nuestras familias y tú. Ayúdanos a ser verdaderos conciliadores y mediadores de nuestra familia. ¡Que nuestra familia tenga un relación personal contigo por nuestra causa.

Varón como Sacerdote del Hogar Parte 2: “Orando por nuestras familias”

Funciones y responsabilidades del Varón como Sacerdote del Hogar

Es increíble como en el corazón de Dios existe el deseo de que cada hijo suyo sea un sacerdote. Si pensamos en este diseño es como la mejor mercadotecnia. Tú conoces un producto excelente y lo recomiendas a todos tus amigos. Si pensamos bien en este diseño, Dios lo hizo para que pudiéramos relacionarnos con personas y mostrarles el camino a Dios. Ser sacerdote del Dios altísimo es un honor, es el diseño de Dios para el hombre y así de esas maneras todas lleguen a conocer a Dios.

La palabra sacerdote aparece más de 800 veces desde Génesis hasta el Apocalipsis:

“Y nos hizo reyes y sacerdotes para Dios, su Padre; a él sea gloria e imperio por los siglos de los siglos. Amén”. Apocalipsis 1:6

“Y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra”. Apocalipsis 5:10

“Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene potestad sobre éstos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años”. Apocalipsis 20:6

I - El varón padre de familia como Sacerdote debe Orar o interceder por su familia:

“Harás asimismo un altar para quemar el incienso; de madera de acacia lo harás”. Éxodo

“Y Aarón quemará incienso aromático sobre él; cada mañana cuando aliste las lámparas lo quemará”. Éxodo 30:7 “Y cuando Aarón encienda las lámparas al anochecer, quemará el incienso; rito perpetuo delante de Jehová por vuestras generaciones”. Éxodo 30:8

“Y cuando hubo tomado el libro, los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron delante del Cordero; todos tenían arpas, y copas de oro llenas de incienso, que son las oraciones de los santos”; Apocalipsis 5:8

Nuestras oraciones suben como incienso al trono de Dios y Dios las recibe como olor fragante. Debemos orar por nuestras familias, por cada uno, esposa, hijos e hijas, esto es agradable ante Dios. Otro ejemplo lo vemos en el libro más antiguo del mundo.

“Y acontecía que habiendo pasado en turno los días del convite, Job enviaba y los santificaba, y se levantaba de mañana y ofrecía holocaustos conforme al número de todos ellos. Porque decía Job: Quizá habrán pecado mis hijos, y habrán blasfemado contra Dios en sus corazones. De esta manera hacía todos los días. Job 1:5


Es un privilegio y un honor traer nuestras oraciones por nuestra familia, esto honra a Dios, esto agrada y es la voluntad de Dios. Dios honra la oración del varón porque hay una bendición sacerdotal y paternal fluyendo a través de la familia.

Jesús es nuestro sumo sacerdote e intercede por nosotros.

“Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo, por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne, y teniendo un gran sacerdote sobre la casa de Dios, acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura. Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza, porque fiel es el que prometió”. Hebreos 10:19-23

Hay una bendición sacerdotal que fluye cuando nosotros cumplimos con este mandato de Dios. La oración en si no tiene nada mágico, es la obediencia en lo que estamos haciendo. Es el hacer lo que Dios pide en su palabra la que hace que este fluir de bendición comience. Jesús como nuestro gran sacerdote está haciendo que esta bendición fluya de parte de Dios.

Varones hagamos la función de intercesores de nuestra familia. Primeramente esposa y después los hijos… ya que somos la cabeza del hogar. Seamos un ejemplo de este amor que fluye desde el Padre por medio de la intercesión de Jesús. Veamos lo que dice el salmo 133, aunque siempre lo usamos para las reuniones de iglesia.

!!Mirad cuán bueno y cuán delicioso es, Habitar los hermanos (La familia) juntos en armonía! Es como el buen óleo sobre la cabeza, El cual desciende sobre la barba, La barba de Aarón,Y baja hasta el borde de sus vestiduras; (Habla de la bendición sacerdotal que fluye de arriba hacia abajo –orden puesto por Dios). Como el rocío de Hermón, Que desciende sobre los montes de Sion; Porque allí envía Jehová bendición, Y vida eterna. Salmo 133

Porque allí envía Jehová bendición, Y vida eterna…

Mis hermanos y amigos, esta es promesa de Dios, Porque allí envía Jehová bendición, Y vida eterna!!!

Recibamos ese fluir de bendición y vida eterna que fluye del Padre, al conectarnos a Jesús y su vez conectar nosotros a nuestras familias por medio de la sangre de Jesús.

Varón como Sacerdote del Hogar Parte 3: “Para Bendecir a su familia”

Funciones y responsabilidades del Varón como Sacerdote del Hogar

Entrando ahora en el tema déjeme decirle que el hombre que conoce a Dios aprende a bendecir, a bendecir lo que hace, a bendecir su trabajo, a sus familias y se hace normal en su vida el poder bendecir. Dios desde la creación no solo hizo todas las cosas sino que al final también dio su bendición para que siguieran un curso y cumplieran con su propósito.


“Y Dios los bendijo, diciendo: Fructificad y multiplicaos, y llenad las aguas en los mares, y multiplíquense las aves en la tierra”. Génesis 1:22


Y Dios bendijo al hombre después de crearlo:


“Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra”. Génesis 1:28


La primer pregunta que alguien se haría es ¿Cómo puedo yo bendecir si no soy Dios? ¿Cómo puedo yo bendecir si no soy un santo? Tú me dirás Dios tiene poder y sus palabras tienen fuerza y la naturaleza le obedece. La bendición de Dios fue clara al expresar lo que él deseaba de la creación: “Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread…”


El hombre debe aprender de Dios y conocer la manera de bendecir. Muchas bendiciones las desconocemos y la mayoría de las personas ignoran que esta bendición les alcanza. El varón como sacerdote de Dios debe saber que ya ha sido bendecido por Dios y al ser bendecido el también puede bendecir. Dios le da autoridad para bendecir a sus hijos y familia, aun su casa y sus pertenencias.


Gran parte de ese privilegio se perdió cuando el hombre pecó en el huerto del Edén, pero Dios ha ido restableciendo ese privilegio a través del entendimiento. Comenzando con Abraham hasta nosotros, que ya somos parte de la bendición de Abraham. Dios dijo:


“Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra”.

Génesis 12:2-3


El apóstol Pablo nos recuerda esta bendición de bendecir y ser benditos por Dios a través del nuevo pacto con Jesucristo:

“Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero, para que en Cristo Jesús la bendición de Abraham alcanzase a los gentiles, a fin de que por la fe recibiésemos la promesa del Espíritu). Hermanos, hablo en términos humanos: Un pacto, aunque sea de hombre, una vez ratificado, nadie lo invalida, ni le añade”. Gálatas 3:13-15


Esos principios sacerdotales fueron aplicados por los patriarcas:


“Y Jacob se acercó, y le besó; y olió Isaac el olor de sus vestidos, y le bendijo, diciendo: Mira, el olor de mi hijo, Como el olor del campo que Jehová ha bendecido” Génesis 27:27


Este principio de bendición por medio de las palabras fue usado para bendecir desde los primeros patriarcas. Bendecir es decir un bien a algo o a alguien. El varón como sacerdote y padre de familia, aprende a bendecir a sus hijos y a su familia de la manera que Dios nos ha ensenado en la biblia. Cuando el sacerdote salía del tabernáculo lo hacía para bendecir al pueblo.


“Entonces vendrán los sacerdotes hijos de Leví, porque a ellos escogió Jehová tu Dios para que le sirvan, y para bendecir en el nombre de Jehová; y por la palabra de ellos se decidirá toda disputa y toda ofensa”. Deuteronomio 21:5


Un sacerdote del Dios altísimo bendice, sabe la bendición que hay en obedecer a Dios y de bendecir. Un varón sensible a la voz de Dios practica la bendición con su boca:

“Porque este Melquisedec, rey de Salem, sacerdote del Dios Altísimo, que salió a recibir a Abraham que volvía de la derrota de los reyes, y le bendijo”. Hebreos 7:1

Es importante que como sacerdote de nuestras familias nos mantengamos bendiciendo a nuestros hijos y esposa. Este es un principio que Dios apoya y ensena. Jesus bendijo a los niños y a la personas. Bendecir es un principio de fe que comienza en nuestras bocas:

“Porque de cierto os digo que cualquiera que dijere a este monte: Quítate y échate en el mar, y no dudare en su corazón, sino creyere que será hecho lo que dice, lo que diga le será hecho”. Marcos 11:23

Jesús bendice a los niños:

“Entonces le fueron presentados unos niños, para que pusiese las manos sobre ellos, y orase; y los discípulos les reprendieron. Pero Jesús dijo: Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de los cielos. Y habiendo puesto sobre ellos las manos, se fue de allí”. Mateo 19:13-15

Dios nos ha capacitado y nos ha delegado la responsabilidad de bendecir a nuestros hijos y a nuestras esposas. No perdamos esa bendición de bendecir y ser bendecido al cumplir con el privilegio que Dios nos dio. Como hijos de Dios tenemos ese privilegio y es una responsabilidad más para los varones sacerdotes de su hogar. Pero más que un deber y una responsabilidad es un honor ser el sacerdote de la casa.

Paz y bendiciones.

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